Friday, February 29, 2008

Polonia


En Varsovia me estaba esperando un ex colega de laburo que me llevo a recorrer la ciudad dia y noche. De ahí parti para Cracovia donde me quede tres dias y tambien hice un tour por los campos de exterminio en Auschwitz.

En general las ciudades me dejaron un sabor agridulce en la boca. Por un lado la parte moderna es el simbolico legado de un duro regimen socialista representado a traves de un relieve chato donde predominan monotonos bloques de viviendas rectangulares construidos uno detras del otro, anchas avenidas que siguen una aburrida linea recta, edificios de cuarenta o cincuenta pisos dispersos a lo largo de las principales arterias que invitan a pescarse una ceguera irreversible, los espacios verdes brillan por su ausencia y las veredas no saben lo que es compartir su espacio con un punado de arboles. El tono de la ciudad de Varsovia es el de un soporifero gris como el de las cenizas que ya llevan un par de dias contaminando el cenicero, graffitis de colores y afiches musicales ponen el unico rayo de luz en esas paredes quebradas donde parece que en cualquier momento se vienen abajo.

No hay que olvidarse de un dato importantisimo: la ciudad de Varsovia por ejemplo fue destruida en un ochenta por ciento al finalizar la Segunda Guerra. Varsovia yacia bajo escombros y el espeso color granate de la sangre pintarrajeaba las calles molidas por las bombas y las paredes agujereadas por las automaticas como si fuera un aerosol . La reconstruccion de la ciudad llevo su tiempo, muchos de los antiguos edificios fueron reconstruidos, y los que no tuvieron remedio alguno fueron reemplazados por mastodontes bloques identicos infectados por un millar de pequenas ventanas apagadas impidiendo con la habilidad de un patovica la entrada de un rayo de luz que ilumine y coloree su lugubre semblante, siguiendo a la perfeccion los canones socialistas donde a nadie le pueda sobrar y faltar algo. Nos guste o no, les tengo que admitir que lo conseguido por los sovieticos fue una solucion muy eficaz al grave problema que significaba la falta de viviendas para un pueblo completamente humillado y en ruinas.

Las ciudades antiguas, en su idioma original “Stare Misto”, forman parte de la Europa romantica que vemos en las fotografias. No tienen nada que envidiarle a cualquier otra ciudad. En Varsovia, la plaza principal con su gran catedral y construcciones coloridas dominan el centro de la ciudad. Iglesias, caminos de piedra y puestos de ventas se ven rodeados por una muralla que circunvala en su gran totalidad la ciudad vieja. Cracovia sigue la misma linea pero con una ciudad antigua mas grande que tuvo la suerte de no ser destruida por los Nazis.

Es una ciudad mas joven en el sentido de quien la habita. Un monton de estudiantes caminan y se mezclan entre los turistas que no paran de sacarse fotos en una de las plazas mas grandes y bonitas que tiene Europa. La movida cultural que ofrece la ciudad abarca generos para todos los gustos, el martes a la noche vi un concierto de Bob Dylan proyectado en una pequena sala de cine para no mas de treinta personas en un pub en Kazimierz. La mayoria de los pubs ofrecen sesiones de jazz, bandas de rock o estudiantes dando catedras sobre literatura. El lunes pasado nos encontramos con el polaco en un café donde un par de individuos se entrelazaban en una lucha verbal sobre una cuestion que obviamente no entendia, sentados sobre unas sillas en un pequeño escenario y a su alrededor varias pintas de cervezas vacias, se levantaban, sentaban y agitaban sus manos de manera muy curiosa. El publico participaba y lo hacia agitadamente, parecia una batalla intelectual y lo unico que tenian en comun era un preocupante estado de ebriedad. Si bien no entendi nada les juro que me lo pase muy bien.

Kazimierz merece un parrafo aparte. Conocido como “the Jews” por los cracovianos por la gran cantidad de judios que antiguamente vivian y comerciaban en la zona. Despues de la Guerra el barrio se convirtio en un garito abierto donde criminales, cafishos y prostitutas caminaban las calles. Hoy dia es el epicentro cultural de Cracovia, una centena de cafes, pubs y clubs se reparten la atencion de una clientela que suele estar conformada por artistas, bohemios y vagabundos. Yuppies con sus laptops surfeando la net, parejas jovenes y turistas tambien encuentran su lugar en Los Judios. El mio, un café oscuro alumbrado por velas, las paredes empapeladas de bordo y atiborradas de fotografias antiguas mostrando orgullosas y serias parejas de antano. Una serie de cuartos dentro del café se conectaban a traves de viejos armarios abiertos, estilo Cronicas de Narnia, y mas importante aun... la cerveza se servia bien fria y a menos de dos euros el vaso de medio litro.

La gente...mi mirada se centro un poco mas en los jovenes y en los mas adultos. De alguna manera queria comparar esas dos realidades tan distintas.

Por un lado la del hombre de setenta años, agotado de cargar silenciosamente una mochila pesada a cuestas, la de haber experimentado un pasado sumamente sinuoso y lleno de cambios: desde el hambre y la pobreza posterior a la Guerra a un intermedio donde la libertad de expresion solo se podia concebir en largas noches de insomnio, conversando con una almohada llena de historias y suenos sin realizar, para finalizar por este presente “Comunitario Europeo”, donde el capitalismo no supo encontrar las soluciones deseadas sino todo lo contrario, ha sido un factor decisivo al causar un alto indice de desempleo y un nivel de intolerancia nunca visto donde una gran segregacion divide al pais entre Cristianos y los que no lo son. Bastante raro para un pais que en su momento supo albergar la mayor colectividad judia en Europa.

Debajo de esas estrias arrugadas y ese caminar pesado y cabizbajo se esconden unos ojos claros y grandes que quizas han visto mas de lo debido. Llevan una historia a cuestas escrita por la sangre de sus familias, amigos y vecinos. Una guerra que no se libro en llanuras alejadas, sino en sus pueblos, aldeas y ciudades. Bibliotecas y museos destruidos y saqueados por un ejercito infernal comandados por la locura de un emperador genocista. Han sufrido una aventura que no han elegido vivir, les ha tocado y le han puesto el hombro encima. Como la de cualquier europeo medio nacido a principios del siglo pasado.

Su entrada a la Comunidad Europea hace un par de años solo consiguio que una gran cantidad de valiosa mano de obra se largue a nuevos puertos a buscar esa diferencia tan ansiada. Organizadores de la proxima Copa de Europa de futbol, los tiempos no le dan a basto para cumplir con la construccion de varios estadios planeados porque no tienen esa mano a disposicion.

Luchan por encontrar una identidad perdida y ahí entran en juego los jovenes que hacen todo lo posible para sacarse esa etiqueta de encima. Son muchos los que pelean por esa identidad y los ves en la calle, caminando en grupos, saltando de aquí para alla, llenando esos cafes y pubs que sin importar el dia que sea, encuentran siempre el combustible necesario para volver a descubrirse.

Si Polonia tiene futuro sera gracias a lo que ellos mismos logren, pero para eso tendran que soportar la tentacion de volar a otros pagos donde las oportunidades sean mas tentadoras.

Admito que mi opinion acerca de los polacos en Dublin no era de las mejores, por eso este viaje ha sido un cachetazo monumental. Cerra el pico y abri los ojos. Pero para eso viajamos, para aprender y para tratar de encontrarle esa vuelta de tuerca a este mundo que nos conecta segundo a segundo.