De ahí salimos por una colectora bordeando el río para el Uptown Manhattan, precisamente la zona del Harlem, la tradicional city within the city de mayoría negra y latina. En la 125st. nos topamos con el teatro Apollo, aquel garito famoso donde personajes como Johnny Coltrane, Ella Fitzgerald y Miles Davis sudaban ante un público post guerra oscuro con ganas de vivir y perderse un rato entre frenéticas sesiones de jazz y nubarrones de espeso humo. Bajamos a sacar unas placas mientras algunas pandillas nos miraban celosamente a poca distancia. Volvimos rápidamente al auto para seguir subiendo en busca del famoso cubanito donde el viejo y sus amigos se juntaban a comer. Mientras mas subíamos mas nos metíamos en el corazón del barrio. Monoblocks dominaban el paisaje, negocios y tabernas con viejas y tristes luces de neon se destacaban entre un millar de graffitties sobre raídas y gastadas paredes. Grupos de pandillas vestidos con pantalones negros, camisetas y gorros blancos rapeaban rapsodias urbanas ante la diligente mirada de policías aparcados frente a ellos. Finalmente encontramos el garito, una larga barra atendida por unas camareras cubanas y al fondo dos mesas ocupadas y otras dos libres donde nos sentamos. Pedimos dos porciones de bananas fritas con mojito y unos bocatas cubanos. A la vuelta nos dejaron en el apartamento y nos despedimos de los primos.
Sunday, October 15, 2006
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
1 comment:
Excelente man! nunca mejor expresado!
Post a Comment